Por Federico Buiter, CEO de Integrity Software Latin America.
Todavía en medio de la pandemia, las empresas se preguntan cómo será volver a “la nueva normalidad”, con el low touch economy y con los nuevos protocolos. Todos imaginamos que la apertura va a conllevar muchos cuidados y restricciones en cómo operaremos las empresas. Argentina se encuentra arrastrando una recesión desde el 2018, el entorno actual ocasionado por el COVID-19, ocasionará sufrimientos a la economía con una caída estimada del 9.9% del PIB, teniendo como fantasma el llamado Default del 2001, en la que las empresas del sector privado se podrían ver afectadas y verse en la necesidad de terminar con el contrato laboral de millones de personas para reestructurar sus pasivos y sanear sus negocios.
Si bien el Gobierno actual está negociando con acreedores privados la reestructuración de bonos emitidos bajo legislación extranjera por $66,000 millones de dólares, el downsizing es inminente, muchas ya tienen indicaciones de reducciones de costos y personal de alrededor del 25%. A diferencia de otras crisis que comenzaron en lo financiero, esta comenzó en lo económico y se extenderá a lo financiero. Con repercusiones en las ventas y los flujos de caja de las empresas, y con un gran impacto en la cadena de pagos.
A su vez, la deuda externa argentina es un gran problema que afectará la economía de los habitantes, quienes además se han visto afectados por la alta inflación en medio del confinamiento ocasionado por la pandemia del coronavirus. El mayor desafío será llevar a la economía a un ciclo de crecimiento, pero en un entorno completamente nuevo ocasionado por la pandemia y que tiene efectos a nivel mundial.
En un mundo donde los términos de cobranza se extienden corremos el riesgo de incobrabilidad, el cobrar y el percibir antes nuestros servicios se vuelve fundamental. El extender los términos de pago también, las empresas están analizando hoy cuáles son sus proveedores prioritarios o estratégicos y sobre esta lista priorizan pagos. Aquellos que no sean indispensables, irán hasta el final de la fila o sus contratos serán terminados.
Para hacerle frente a la situación económica actual muchas empresas deberán:
- Ofrecer descuentos de pronto pago a clientes, permitiendo a los mismos mejorar su capital de trabajo al mismo tiempo que mejoramos el nuestro acelerando cobranza.
- Mantener el efectivo invertido en papeles de inversión seguros y líquidos. De este modo poder disponer de ellos inmediatamente en una necesidad de liquidez sin correr el riesgo de pérdida de valor.
- Salirnos de bancos con baja calidad crediticia, manejar nuestro efectivo en instituciones sólidas.
- Negociar descuentos por pronto pago con proveedores. Ante la baja de la tasa de interés, será mayor la obtención del rendimiento de nuestro efectivo en estos términos, que una inversión en el mercado de dinero.
- Negociar términos de plazo extendido con aquellos proveedores que no nos otorguen descuentos.
- Tener disponibles líneas de crédito revolvente de capital de trabajo, y ampliarlas de ser posible, para cubrir necesidades eventuales de faltante de efectivo.
- Liquidar excesos de inventarios con descuentos para mejorar nuestra posición de efectivo.
El poder visualizar cuánto dinero tenemos disponible en bancos, cuánto vamos a cobrar y cuánto vamos a pagar, dejó de ser una tarea mensual o semanal, a pasar a ser una tarea diaria en la tesorería. El poder realizarlo de manera automática les ahorra a nuestros equipos horas de trabajo y de procesos manuales que la pueden dedicar a gestionar.
Las economías de ASIA, que ya han salido de la crisis del Covid, como Corea del SUR, hablan de la economía del 90%, es decir una economía 10% más pequeña que en apenas enero de este año. Sin considerar esto un rebrote que nos obligue a una cuarentena y vuelva a cerrar nuestras economías antes de fin de año, ante la no disponibilidad todavía de una vacuna y podamos tener una caída aún mayor. El worst case scenario que están planteando varias empresas es COVID-19 más el resurgimiento del H1N1 que provocaría una caída al GDP superior al 11%.
Los consumidores y las empresas están siendo y serán durante este año y el próximo más conservadores en el uso y conservación de capital, gastando menos solo en gastos necesarios y conservando el efectivo para poder afrontar situaciones de emergencia de largo plazo. Por lo cual, el comportamiento de los consumidores en su consumo y el porcentaje destinado a consumo/ahorro cambiará considerablemente.
El concepto “Cash is King” tiene hoy más vigencia que nunca, empresas aun siendo rentables pueden ser llevar a un cierre o a una quiebra ante la falta de liquidez. Con el cash en mano podemos sobrevivir más meses ante eventos de disrupciones de liquidez y también poder aprovechar alguna oportunidad que pueda aparecer en el mercado. Las nuevas empresas resilientes son solventes, son rentables y son liquidas.
Dentro de sus planes de continuidad del negocio (BCP por sus siglas en ingles), todas las tesorerías tenían pensado un plan de como ir a trabajar a un sitio alterno (en caso de incendio, inundación, terremoto, revueltas sociales, etc.). En el caso de la Ciudad de México, al ser zona sísmica, muchas empresas han establecido sitios alternos en ciudades cercanas. Pocas empresas habían previsto tener a todo su equipo de tesorería trabajando desde sus casas, por lo cual tuvieron que adaptarse e ir varios días a la oficina durante el inicio de la pandemia e invertir semanas en poder llevar su tesorería a modo home office. Algunas no han logrado hacerlo aun y teniendo que mantener un mínimo de personal en sus oficinas para poder continuar con sus operaciones.
La Transformación Digital de Tesorería y la posibilidad de operar Anywhere Anytime, con el mayor grado de Blindaje posible- en términos de Seguridad Física, protecciones de datos y Ciberseguridad – se volvió un must, para que nuestros equipos de trabajo puedan operar sobre una misma plataforma colaborativa desde sus casas. También el tener los procesos automatizados vía RPA (Robotic Process Automation), ayuda en gran parte para que el personal de tesorería pueda gestionar, sin realizar tareas operativas manuales que requieran su presencia en corporativos para correr procesos de alimentación de datos desde y hacia el ERP y los bancos.
En este regreso a la llamada nueva normalidad, muchas tesorerías empezarán sus planes para implementar su Transformación Digital de tesorería antes de que llegue una segunda ola, o antes de una nueva pandemia o epidemia. Recordemos que México fue el epicentro del H1N1 en 2009 y unos años antes había sido el SARS en Asia, por lo que conocemos que más situaciones de este tipo se repetirán en el futuro, pero no sabemos exactamente cuándo pasará.
El estar preparados con la Transformación Digital de la tesorería para una segunda ola del COVID19 o para próximas crisis hará que las empresas puedan responder con mayor agilidad ante este tipo de situaciones.
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Acerca de Integrity
Integrity Software Latin America es una empresa enfocada en ofrecer soluciones de tecnología para tesorerías corporativas e Instituciones Financieras. Nuestras soluciones no se limitan tan solo al software sino a la consultoría e implementación de mejores prácticas. Nuestros productos están especializados en la optimización del Capital de Trabajo, a lo largo de todo su ciclo. Estos productos son líderes en su ramo a nivel mundial y pertenecen a la familia de productos de FIS, partner de Integrity Software Latin America. Contamos con consultores expertos en tesorería en México, Brasil y Colombia. Realizamos el control de proyectos, técnico, implantación y entrenamiento al equipo de trabajo que requiera optimización y soporte permanente.
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