Por Federico Buiter, CEO de Integrity Software Latin America.
Los diversos cambios económicos políticos y financieros son un desafío para los Directores Financieros, teniendo que estar atentos día a día a las diversas situaciones domésticas y mundiales que puedan impactar al negocio y así tener la capacidad de implementar sus habilidades a través de estrategias que lleven al negocio por un buen camino al tiempo que también se enfrentan a sus competidores.
En los últimos meses hemos encontrado un gran grado de incertidumbre financiera en el país, incrementando el pesimismo del crecimiento de la economía global gracias a las diferentes situaciones alrededor del mundo. Recientemente en México, el Banco de México (Banxico) informó que se estima un crecimiento del PIB del 0.91% en todo el 2020, una mejor respecto al 0.15% de 2019, pero lejos de un crecimiento que permita a México desarrollarse e incorporar más personas el mercado laboral formal, ciertamente muy por debajo de la velocidad de crucero de 4% prometida para el sexenio.
La incertidumbre financiera tiene que ser tomada como una constante sin importar qué suceda a nivel global, de este modo, se podrá desarrollar una ventaja competitiva y reacción instantánea para actuar en el momento que se necesite, definiendo estrategias, realizando las pruebas y ajustes necesarios para una reacción exitosa.
La incertidumbre, además, ofrecerá a los directivos la posibilidad de transformar el modelo de negocio de su empresa, adaptándose a los diversos y constantes retos económicos, políticos, sociales y sobre todo tecnológicos de la actualidad.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la balanza comercial durante el primer mes del año registró un déficit de $2,416 millones de dólares – situándose por debajo de la expectativa del mercado de un déficit mayor de $3,300 millones de dólares y rompiendo con 2 meses de superávits continuos.
Aunque la economía o confianza no está con buenos cimientos, existen datos que nos podrán tranquilizar durante lo que resta del año, dado que las exportaciones aumentaron un +3.17% anual (a/a) y aunque representan una caída, ésta se desprende de efectos de base de comparación.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como el coronavirus (COVID-19) afectan la cadena de suministro a nivel mundial, siendo una oportunidad para incrementar el papel de México como proveedor de Estados Unidos, sumando esfuerzos entre la iniciativa privada y el gobierno federal para fortalecer los canales de comercio.
Tasa de interés
Los mercados financieros presentan problemáticas, afectando así a las economías emergentes entre las que se encuentra México, donde en los últimos meses no se ha dado una plena confianza a los inversionistas. En este sentido se espera que el Banco de México disminuya su tasa de interés en al menos 50 puntos base para llevarla de 8 a 7.5%, factor que puede presionar al tipo de cambio. La resiente crisis financiera ocasionada por el anuncio de Arabia Saudita de aumentar la capacidad de petróleo agudizó su enfrentamiento con Rusia, llevando a un colapso el precio por barril, produciendo una venta masiva de activos en renta variable, y aumentó la demanda a protegerse en activos de renta fija más seguros (Bonos de Gobierno) y el Oro Activo, mismo que registró un incremento importante al llegar a $1,700 USD la onza.
Inflación.
En materia inflacionaria El Banco de México tiene una tarea muy importante para garantizar la estabilidad de la economía interna, ya que el presente año comenzó con un ligero repunte en la inflación registrando un avance de 3.18% a tasa anual durante la primera quincena del 2020. Se estima que la inflación cerrará el año con un promedio entre 3 y 3.5%, estando dentro del objetivo del Banco de México. Aunque ya se registró una inflación de 3.7% en febrero, el Banco de México tiene una tarea difícil por delante, sobre todo por el reciente rompimiento del valor del dólar, el cual rompió la barrera de los $25 pesos a finales del pasado mes de marzo.
Petróleo
Hace unas semanas tuvimos una guerra virtual entre Arabia Saudita y Rusia en el costo del petróleo, que disminuyó el costo del barril a precios históricos. El pasado 20 de abril la moneda y bolsa de México sufrieron una fuerte caída causada por el costo del petróleo. El peso mexicano cayó un 1.2% en el día, mientras que los bonos de PEMEX con vencimiento en 2027 sufrieron una caída de 1.3%. Mientras que los índices de referencia de bonos soberanos y de capital de México cayeron cerca de 0.9%.
Por ser consumidores, a las familias y muchas empresas mexicanas les conviene que el precio del crudo se mantenga en niveles bajos y su consumo les represente un costo bajo no son tan buenas noticias para los mexicanos. Los ingresos petróleos ayudan a las finanzas públicas. Los precios bajos van a limitar la capacidad del Estado para atender las necesidades urgentes por las que estamos atravesando en la actualidad, teniendo que invertir en el sector salud, el financiamiento para el plan de reactivación económica que beneficie a millones de familias y Pymes que se han visto afectadas por la pandemia.
Riesgo país
Aunque la guerra comercial de Estados Unidos y China no nos afecta en gran medida, son un área de oportunidad para México, al aprovechar la coyuntura del T-MEC, esperando que muchas empresas asiáticas migren a México con el fin de evitar las políticas proteccionistas de nuestro país vecino.
Pero no todas son buenas noticias, ya que existe un riesgo mayor relacionado con la evolución de las finanzas públicas y el modelo de negocios de Petróleos Mexicanos (Pemex). En últimas semanas, las calificadoras redujeron la perspectiva económica del país por el alto endeudamiento de Pemex, factor que puede afectar negativamente las expectativas del crecimiento del país. Además, debe tomarse en cuenta la desaceleración global de la economía, que deriva en una menor demanda internacional de crudo. El no acuerdo entre Rusia y Arabia Saudita en los niveles de producción, produjo que, ante la escasa de demanda y aumento de oferta, el precio se redujera hasta USD por barril, una caída de casi el 33%. El costo de producción de Pemex es de alrededor de USD 34 por Barril, mientras que Arabia Saudita usd 4.50. por consecuencia tiene todavía la capacidad de seguir aun bajando el costo del petróleo.
Con esto en mente, podríamos esperar a que la economía logre un crecimiento de 0.9%, sin aceleración y lejos de la meta establecida por la administración de un crecimiento del 4%.
Factores externos
En la actualidad, existe una gran cantidad de factores que afectan las economías de los países, pero también existen factores externos que ponen el riesgo el crecimiento de esta, por ejemplo:
Aranceles: Desde hace más de un año Estados Unidos y China se encuentran en una guerra comercial que afectan la economía de ambos países y del resto del mundo. México no queda fuera teniendo un incremento en los precios de importaciones específicas como, por ejemplo, el oro y la plata. La volatilidad de estos activos internacionales provoca inestabilidad en los precios del petróleo, por ejemplo, reflejándose en un incremento en el precio de importación de gasolina que impacte el bolsillo de los usuarios.
Además, esta guerra comercial devaluó un 3.7% aproximadamente el peso mexicano, y aunque se ha recuperado un poco, existe un acumulado de depreciación.
- Brexit: Aunque el tema llevaba varios años sobre la mesa y no nos afecta directamente, México debe negociar acuerdos comerciales con el Reino Unido, procurando términos similares al Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México (TLCUEM) vigente desde el año 2000, beneficiándose así de las preferencias arancelarias que prevé el tratado.
Durante 2018, Reino Unido fue el 6to socio comercial más importante para México entre los Estados Miembros de la Unión Europea, y a nivel mundial ocupó el puesto número 18 con un comercio bilateral de $4,633 millones de dólares.
Durante el periodo de transición de la salida del Reino Unido, la Comisión de Cambios tendrá que estar a la espera de la reacción internacional por si se presenta un evento disruptivo en los flujos de capitales, pues este tiempo puede ser insuficiente para alcanzar algún acuerdo comercial. - Coronavirus: Aunque recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronosticaba un crecimiento inferior al 1.2%, con el brote del Coronavirus (COVID-19) a territorio mexicano, esta cifra bajó aún más. El brote hundirá la economía mundial, siendo así, la desaceleración más grave desde la crisis financiera de 2009, y pronosticando un crecimiento del 0.7% para México.
Estas proyecciones suponen un contagio limitado del coronavirus, menos severo fuera de Asia pero que sí afecta la confianza de los inversionistas y los canales de producción. Y de un contexto en el que China registrará una expansión de 4.9% en 2020; una tasa que está lejos del 5.7% estimado a fines de 2019 y que incorpora el efecto de las medidas de contención aplicadas en dicho país para evitar una mayor propagación del virus. Los expertos de la OCDE previenen que entre las 10 economías emergentes más afectadas se encuentran Argentina, México y Sudáfrica.
- Reelección Donald Trump: Aunque una gran cantidad de inversionistas ya dan por hecho la reelección del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hay que estar atentos y con alguna estrategia lista para actuar en caso de no ser así. Los analistas estiman el TC MXN/USD podría llegar a los 27 pesos durante la época de elecciones de Estados Unidos.
Para que la economía mexicana no sufra tanto, las entidades federativas deberán crear una mayor confianza de inversión, generando más empleos y aplicando una política fiscal que le permita recaudar más dinero, pero a su vez, sin generar nuevos impuestos que provoque la salida de empresas ya establecidas en México.
Es indispensable que los Directores Financieros identifiquen cuáles son sus ingresos promedio, así como los rubros de gastos indispensables que corresponden a las necesidades del negocio y separarlos de otros gastos no urgentes y que se puedan posponer para el momento en que la crisis ocasionada por la contingencia sanitaria quede atrás o se tengan mayores ingresos.
Las empresas deberán reorganizar las prioridades y recortar gastos innecesarios en tiempo de crisis ocasionado por la pandemia; tratando de evitar el despido masivo de personal y afectando la estabilidad financiera en un momento crucial en todo el mundo.
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